martes, 23 de mayo de 2017

La Alegría del Amor (#38)

Un numeral para cada día, tomado de la Exhortación Apostólica del Papa Francisco, "Amoris Laetitia" (La Alegría del Amor).

CAPÍTULO SEGUNDO
REALIDAD Y DESAFÍOS DE LAS FAMILIAS

38. Debemos agradecer que la mayor parte de la gente valora las relaciones  familiares que quieren permanecer en el  tiempo y que aseguran el respeto al otro.
Por eso, se aprecia que la Iglesia ofrezca espacios de acompañamiento y  asesoramiento sobre cuestiones  relacionadas con el crecimiento del  amor, la superación de los conflictos o la educación de los hijos.

Muchos estiman la fuerza de la gracia que experimentan  en la Reconciliación sacramental y en la Eucaristía, que les permite sobrellevar los desafíos del matrimonio y la familia.

En algunos países, especialmente en  distintas partes de África, el secularismo  no ha logrado debilitar algunos valores tradicionales, y en cada matrimonio se  produce una fuerte unión entre dos familias ampliadas, donde todavía se conserva un sistema bien definido de  gestión de conflictos y dificultades. 

En el mundo actual también se aprecia el testimonio de los matrimonios que no sólo han perdurado en el tiempo, sino que siguen sosteniendo un proyecto común  y  conservan el afecto. Esto abre la puerta  a una pastoral positiva, acogedora, que  posibilita una profundización gradual de  las exigencias del Evangelio.

Sin embargo, muchas veces hemos actuado a la defensiva, y gastamos las energías pastorales redoblando el ataque al mundo decadente, con poca capacidad proactiva para mostrar caminos de felicidad. 

Muchos no sienten que el mensaje de la Iglesia sobre el matrimonio y la familia haya sido un claro reflejo de la  predicación y de las actitudes de Jesús  que, al mismo tiempo que proponía un  ideal exigente, nunca perdía la cercanía compasiva con los frágiles, como la samaritana o la mujer adúltera.

miércoles, 10 de mayo de 2017

La Alegría del Amor (#37)

Un numeral para cada día, tomado de la Exhortación Apostólica del Papa Francisco, "Amoris Laetitia" (La Alegría del Amor).

CAPÍTULO SEGUNDO
REALIDAD Y DESAFÍOS DE LAS FAMILIAS

37. Durante mucho tiempo creímos que  con sólo insistir en cuestiones doctrinales, bioéticas y morales, sin motivar la apertura a la gracia, ya sosteníamos suficientemente a las  familias, consolidábamos el vínculo de  los esposos y llenábamos de sentido sus vidas compartidas.

Tenemos dificultad para presentar al  matrimonio más como un camino  dinámico de desarrollo y realización que  como un peso a soportar toda la vida.

También nos cuesta dejar espacio a la conciencia de los fieles, que muchas  veces responden lo mejor posible al Evangelio en medio de sus límites y  pueden desarrollar su propio  discernimiento ante situaciones donde se  rompen todos los esquemas. Estamos llamados a formar las conciencias, pero no a pretender sustituirlas.

viernes, 5 de mayo de 2017

La Alegría del Amor (#36)

Un numeral para cada día, tomado de la Exhortación Apostólica del Papa Francisco, "Amoris Laetitia" (La Alegría del Amor).

CAPÍTULO SEGUNDO
REALIDAD Y DESAFÍOS DE LAS FAMILIAS

36. Al mismo tiempo tenemos que ser humildes y realistas, para reconocer que  a veces nuestro modo de presentar las convicciones cristianas, y la forma de  tratar a las personas, han ayudado a provocar lo que hoy lamentamos, por lo cual nos corresponde una saludable  reacción de autocrítica. 

Por otra parte, con frecuencia  presentamos el matrimonio de tal  manera que su fin unitivo, el llamado a crecer en el amor y el ideal de ayuda  mutua, quedó opacado por un acento  casi excluyente en el deber de la procreación. 

Tampoco hemos hecho un buen acompañamiento de los nuevos matrimonios en sus primeros años, con propuestas que se adapten a sus horarios, a sus lenguajes, a sus inquietudes más concretas. Otras veces, hemos presentado un ideal teológico del matrimonio demasiado abstracto, casi  artificiosamente construido, lejano de la  situación concreta y de las posibilidades efectivas de las familias reales.

Esta idealización excesiva, sobre todo  cuando no hemos despertado la  confianza en la gracia, no ha hecho que  el matrimonio sea más deseable y atractivo, sino todo lo contrario.