Un numeral para cada día, tomado de la Exhortación Apostólica del Papa Francisco, "Amoris Laetitia" (La Alegría del Amor).
CAPÍTULO PRIMERO
A LA LUZ DE LA PALABRA
23. Al comienzo del Salmo 128, el padre es presentado como un trabajador, quien con la obra de sus manos puede sostener el bienestar físico y la serenidad de su familia: "Comerás del trabajo de tus manos, serás dichoso, te irá bien".
Que el trabajo sea una parte fundamental de la dignidad de la vida humana se deduce de las primeras páginas de la Biblia, cuando se declara que "Dios tomó al hombre y lo colocó en el jardín de Edén, para que lo guardara y lo cultivara".
Es la representación del trabajador que transforma la materia y aprovecha las energías de lo creado, dando luz al "pan de vuestros sudores", además de cultivarse a sí mismo.
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